Un manto blanco
poco a poco va
cubriendo el mundo,
escondiendo los negros,
los marrones oscuro;
ocultando las marcas
de una vida insulsa,
sombría,
falta de colores,
de sonrisas, de alegría;
vendando los ojos
de todas esas heridas,
que en el corazón se infringen
en este día a día.
Un manto blanco
cubre este mundo,
tapando las ramas
de esos árboles desnudos
que lamentándose del frío
olvidaron que la vida
es todo un camino
durante el que se puede llorar
o decidir: Vivirlo.
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