Miro a mi alrededor
y sólo veo color.
Marrones que se
mezclan
con amarillos y
verdes
que aún en minoría,
nunca desaparecen.
Marrones y amarillos
que reclaman su
sitio,
su momento en el año,
sus meses en el
calendario.
Árboles que dejan
sus hojas caer,
aligerando el peso
que ya no pueden
sostener.
Pactando con el
viento
la hora de volver,
pues saben que sus
ramas
volverán a florecer.
No hay razón para
iniciar,
disputa de ningún
caudal,
pues todo tiene su
momento
como todo tiene su
lugar.
Y la naturaleza;
sabia como la que
más,
entiende que para ser
sonreír
hace falta a veces,
esperar.
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