domingo, 2 de octubre de 2011


Nadie es dueño
del calendario perfecto,
ni hombre ni mujer,
ni suegro ni yerno,
ni hija ni madre
dicen siempre lo correcto.

Nadie conoce
para cada acción
el mejor momento,
pero a veces la tardía
desborda el vaso lleno.

Destruye la presa
que soportaba
el desconsuelo,
corren las aguas
deshaciendo las calles,
las casas por dentro,
limpian el dolor
por incumplidos sueños,
y se llevan de la mano
las dulces caricias,
los bellos recuerdos,
todo lo bueno
hundido en el foso
por no saber
llegar a tiempo.

6 comentarios:

don fernando dijo...

Cada un@ somos un ínfimo granito de arena en el desierto del universo. Cada acción es digna de tenerse en cuenta, cada pensamiento digno de ser considerado. Respeto y más respeto de tod@ nosotr@ en este mundo. Tu poema me ha transportado a una paz tranquila y sosesgada. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Dicen que el tiempo cura, que todo lo arregla, pero quiza solo mitigue el dolor, solo te drogue indefinidamente haciendo olividar,escapando de la realidad, añorando los buenos recuerdos, como un yonki en busca de una cura momentanea.
No siempre es el momento, el ahora, pero se puede luchar contra el, con uñas y dientes, con la esperanza de vencerlo algun dia, y encontrarse en el camino.

NVBallesteros dijo...

CADA QUIEN ES DUEÑO DE SU VERDAD....

BESOS

Marisa dijo...

Cuando el corazón añora
siempre se halla el momento.
El tiempo no cuenta.

Un beso

Anónimo dijo...

el tiempo juega con nosotros a su antojo sin que nosotros podamos hacer nada con él.
besines

Fabio Dacosta Gutiérrez dijo...

Nadie, jamás, será dueño del tiempo. Por ello tenemos que romper el calendario, que equivocarnos, que actuar cuando nuestro corazón crea que es el momento...

Recuerda que, a nuestra última aventura siempre llegaremos a tiempo.

Perdón por la ausencia...