CONTRASTE EMOCIONAL EN DOS TIEMPOS
“Cuan difícil es querer. Cuan difícil es amar. Cuan difícil sentir. Cuan difícil abrir el corazón a las emociones, dejarse llevar, dejarlas fluir. Cuan difícil es abrir esa puerta cuando fue tan difícil cerrarla. Cuan difícil dejarlas salir cuando fue tan duro encarcelarlas.
Cuanta fuerza es necesaria, cuánta valentía, ¿de donde sacarla?
Enfrentar los peligros que sabes que entraña, enfrentar lo desconocido y todas sus amenazas.”
Son estas, palabras de hace año y medio,
un recuerdo difuso que no parece apenas cierto.
Una muestra de lo efímero de los pensamientos,
de lo cambiante que es la vida,
de lo que rápido que olvidamos
y la importancia de cómo sople el viento.
Hoy y desde hace seis meses,
el viento sopla a favor mío,
a favor de mi corazón.
Hoy, lo difícil sería cerrar la puerta al sentir,
detenerse, no dejarse ir.
No perderse en la pasión de tus labios,
en el calor de tu cuerpo,
en la ternura de tus brazos,
en la felicidad de sentirte a mi lado.
Hoy lo difícil sería encarcelar mis emociones,
que nunca volaron tan libres,
tan seguras y apaciblemente.
Felices como pocas veces han estado,
y más seguras de lo que jamás habían soñado.